Pasarán mil años
siete mil años;
guerras y fiebres pestíferas
que destruirán irremediablemente
babeles de ceniza.
Pasarán partos de ausencia,
la muerte de planetas que bailan en trance,
carne aniquilada yaciendo en la profundidad;
caníbales anónimos que engulleron grandes banquetes,
servidos sobre la asfixia y la miseria.
Pasará la voz de la tierra inerte
sobre la geografía estática y el escombro.
Y entonces miles de años después
yo te habré salvado.
Ocultándote cuidadosamente en el contorno de mi alma.
sábado, 25 de abril de 2009
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