Tú siempre intentas explicarnos
con tus estudios y tus libros,
pero nunca nos preguntas
porque temes conocernos.
Nos reduces a números y ecuaciones
ovejas negras pegadas a la botella y eternamente
planeando su violencia, para los periódicos de mañana.
Dices que no sabemos divertirnos sin nuestras drogas
pero no dices que con ellas nos divertimos más.
Somos tu mala cosecha
herederos bastardos de tu fracaso,
tu resignación, tu vulgaridad atómica y tu odio.
La generación sometida a embestir tu sombra
aniquilados como la verdad la compasión y el ozono.
Somos los marginales, yonquis de la bohemia,
la voluntad inquebrantable a tus modas.
Esperando en silencio en una esquina de la historia.
Somos los que apuntan en medio de tus ojos
con una última bala de plata
y locura.
sábado, 25 de abril de 2009
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