miércoles, 23 de abril de 2014

La miseria ama la compañia



Cada noche es un naufragio

Los perturbados más selectos flotando en ríos de alcohol, Absolut Vodka
Calvin Klein y cocaína.

Sordos dínamos del ego buscando un espejo pulido con cinismo.

El rótulo luminoso y andante de la última moda sujeto sobre fachada vacía.
Fantasmas tatuados, mártires del músculo y el plástico que se llaman “colega” 
Y chocan sus cinco.

Discotecas con privilegios de apareamiento, reflejo de qué 
hubiera ocurrido si Marty McFly se hubiera acostado con su madre.

DJ´s de flequillo grasiento lapidando el rock and roll 
Que creen ser Mozart desembarcando en Salzburgo.

Escotes prominentes, a manera de tabla Ouija para llamar al príncipe azul:
Tu pobreza espiritual nuestro capital, tu virginidad, nuestro negocio.

Modelos infames como niños cosiendo alfombras
Ocultos bajo el suelo de un castillo de una princesa Disney.

Rituales para enfermos sin remedio en la cárcel selecta; 
Que es la mirada del otro.

En ella, cada noche todos mueren un poco más,
Con su filtro "anti-podredumbre"

Pero muy bien peinados.


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