Es extraño volver a sentir
Que hemos ganado esta vez, para variar
Amapolas y nieve creciendo en el delicado filo de las manos
Elevándose hacia perversas noches, de heredad complaciente:
Hombros desnudos y caderas tendiendo en ellas redes silenciosas,
atrapando sensualidades absolutas.
Cuerpos abrigados en la caliente penumbra
Para lamer, morder y bailar, caer exhaustos
Nuestros himnos generacionales de eterno Rock and Roll.
Nuestros himnos generacionales de eterno Rock and Roll.
Es violenta y extraña
Nuestra supervivencia a la ingeniería del vacío y el plástico agonizante
Precipicio y cristal de labios palpitantes, entre-abiertos.
La caballería del pecado que se enfrenta con el filo de un orgasmo,
Con hordas de asesinos; incapaces de calcular
El amor en sus estadísticas.
Con hordas de asesinos; incapaces de calcular
El amor en sus estadísticas.
Es extraño volver a sentir
Que ya no puede ser de otra manera.
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