I
Subiste a la cima de nuestras miserias
A contemplar con pasión tuerta el mar púrpura
De monstruos ahogándose;
Y quisiste rebautizar tus desastres.
Qué querías después de todo?
El corazón de Blanca Nieves en una caja?
Tu nombre en una calle?
Las llaves de una casa?
El contrato en exclusiva del verdugo?
Qué quieres ahora?
Elevar mis errores a infinito?
Ahogar nuestro mundo en amnesia y arrepentimiento?
La razón indiscutible del verdugo?
Sacrificios ajenos y cabezas en estacas?
De qué demonios estás hablando?
Arrasaste el reino y lo encontraste divertido
Fuiste el amo que fustiga a sus caballos por amor
Cuando solo le importaba la carreta.
Querías mi sangre en una pila
Para dar de beber a los cerdos de tu orgullo.
Y en tu renacida condescendencia
Tejida de costuras y polvo
En este hermoso fin de semana,
Cuando tu cabeza repose en la almohada de otro
A quien no le importas;
Curiosamente, tú que tanto presumías de amarme,
Será mi nombre
El que no recuerdes.
sábado, 23 de septiembre de 2017
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