domingo, 5 de julio de 2009

El Número Uno


Llegó a ser campeón de Europa en 1968

En una sola noche ganó 17 millones de pesetas haciendo besar la lona a un boxeador alemán de nombre impronunciable.

Y presume de tener aún hoy, a sus 65 años la fuerza de 10, y también asegura apuntando con su dedo, amenazando a alguien que no existe, que podría derrotar a cualquiera cualquier dia, sólo con sus puños y sus guantes de ocho onzas, con sus brazos cortos pero que antaño rompían paredes.


“Ese sueño se acabó” le entiendo finalmente, cuando la tristeza, o la última copa no le dejan contar más. Después la luz de su historia se apaga, y se abstrae mirando como sus recuerdos florecen con nitidez en el aire.

Se llama Manuel Calvo, no aparece en ningún libro, y el tiempo sólo le ha dejado una nariz rota, una mandíbula que cruje, la verdad en sus ojos, y las historias increíbles que cuenta medio borracho en un bar, donde no le cree nadie.

Nadie, excepto yo.

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