Intentar seducir a la noche al oscuro presagio
Días que se arrastren
Para apagarse como luces agónicas en el estómago del cielo.
Nunca más
Espirales de lascivia que se estrellen
En la quimera o el olvido
Su mirada hace que el dolor en el mundo no importe
Princesa del sexo, derribado estoy por tu éxtasis
Manos púrpuras rasgando con un arco celeste nuevos acordes.
En un nido de delicia quiero tenerte de nuevo
Apuñalar el amanecer en donde tendrás que partir
Y arrancarte de mi piel, átomo de soledad y de hambre.
Es la inquisición instalada
En la habitación 105 de tu hotel.
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