martes, 28 de abril de 2009

Dias Extraños


Un amanecer de sol negro
Y mi rostro hipnotizado, enajenado
En un charco de sangre ardiendo.
Laberinto-ciudad ataviada con
Compartimientos y tapaderas.

Estas inexplicables ganas de matar entre
La náusea de una geografía
De tiempos y espacios que no seducen:
Criptas como cajas de música
E imperceptiva cirugía mental.

He aquí el acto de sacrificio que nos espera
En cada día que hereda una noche:

Animal que se requiebra.
Horas que se consumen.
El tiempo cotizando en bolsa.

Así transcurre
La fiebre y el sueño viciado
En la canción de cuna del insomne.

0 comentarios:

Publicar un comentario

| Top ↑ |